Frank Lloyd Wright murió a los 91 años, Philip Johnson a los 98, I.M. Pei a los 102 y Oscar Niemeyer a los 104. ¿Será por la profesión? Hay unos estudios científicos que tienen respuestas interesantes...
Si algo caracteriza a los arquitectos que pertenecen a la élite internacional es su longevidad.
Frank Lloyd Wright murió a los 91 años, Philip Johnson a los 98, I.M. Pei a los 102 y Oscar Niemeyer a los 104.
Actualmente Frank Gehry tiene 90 años; Richard Rogers, 85 años; Rafael Moneo, 82 años; y Renzo Piano, 81.
¿A qué se debe esta condición? ¿El estrés que provoca la arquitectura es bueno para la salud? ¿La intensa actividad mental beneficia el cuerpo y lo hace más resistente al paso del tiempo?
Mucho se ha escrito sobre el aprendizaje de la arquitectura: lleva mucho tiempo dominar todas las habilidades técnicas necesarias, así como aprender a manipular con éxito los miles de detalles que componen incluso un pequeño edificio.
Todo parece indicar que los arquitectos comienzan a dominar el oficio después de los 50 años:
Mies van der Rohe tenía 62 años cuando comenzó a diseñar los apartamentos de Lake Shore Drive, que se convirtieron en el modelo para todas las torres posteriores de acero y vidrio; Le Corbusier tenía 63 años cuando construyó la capilla en Ronchamp; Louis Kahn tenía 64 años cuando construyó el Instituto Salk; y Frank Gehry tenía 68 años cuando produjo el Guggenheim de Bilbao.
En un texto científico publicado en Rusia, “Life span and longevity in representatives of creative professions”, se revisó la muerte de 49,064 representantes de diversas profesiones creativas: artistas visuales (pintores, escultores, arquitectos), músicos (compositores, directores, cantantes, pianistas, violinistas, etc.), escritores y poetas , científicos.
El estudio encontró que los artistas visuales del siglo XX vivieron más tiempo que en períodos históricos anteriores, y que un 29.17% de arquitectos alcanzaron los 90 años o más, y que un 6.25% llegó a las 100 años.
“Hay profesiones, como la arquitectura, que se puede ejercer a cualquier edad, en las que hay un alto índice de actividad intelectual. Esta aumenta la conectividad entre las neuronas del cerebro y esto es un factor para desarrollar más tardíamente enfermedades degenerativas, como por ejemplo el Alzheimer”, reveló Rafael Arroyo González, Jefe del Departamento de Neurología del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid y del Hospital Ruber Juan Bravo.
Diversos estudios han llegado a la conclusión de que el pensamiento creativo reduce el estrés y mantiene el cerebro sano.
Un estudio publicado en el Journal of Aging and Health descubrió dedicarse a actividades creativas o artísticas, como el caso de la arquitectura, propician una vida más larga.
Otros estudios relacionan este rasgo con un menor riesgo metabólico, una mayor autovaloración de la salud y una respuesta al estrés más adecuada.
Una posible razón por la que la creatividad protege la salud es porque se basa en una variedad de redes neuronales dentro del cerebro, afirma Nicholas Turiano, del Centro Médico de la Universidad de Rochester.
«Las personas con una alta creatividad mantienen la integridad de sus redes neuronales incluso en la vejez», dice este especialista.
«Mantener el cerebro sano puede ser uno de los aspectos más importantes del envejecimiento exitoso, un hecho demostrado por personas creativas que viven más tiempo en nuestro estudio», dice Turiano.
Según Turiano, las personas creativas manejan mejor el estrés, pues “tienden a no ponerse tan nerviosos cuando se enfrentan a un obstáculo emocional o físico. Se sabe que el estrés daña la salud en general, incluidos los sistemas cardiovascular, inmune y cognitivo. Las personas creativas pueden ver los estresores más como desafíos que pueden superar para superar que como obstáculos estresantes que no pueden superar”, afirma Turiano.
Si quieres estudiar arquitectura o ya estás inmerso en ella, vivirás más tiempo, pues tu cerebro se mantendrá en trabajo constante.