El 12 de diciembre de 2012 fue inaugurada esta sede de uno de los museos más famosos del mundo, en la región de Pas de Calais, al norte de Francia.
Construido
por SANAA, el proyecto fue fruto del concurso de ideas
convocado en el año 2005 para el diseño de una nueva sede del museo fuera de París, bajo la premisa de
descentralizar la institución, incrementar en unos 20,000 metros cuadrados la
superficie del museo —aumentando considerablemente los fondos de obra artística
que permanecerán expuestos— y ofrecer al público un recorrido transversal por
la colección, alejado de las visiones más tradicionales.
Sobre los terrenos de la antigua mina de carbón
de la ciudad de Lens, el museo se sitúa al final de un largo
sendero, sobre un amplio espacio vacío abierto de la trama urbana rodeado de
árboles y zonas verdes.
Su fachada de vidrio de 360 es impresionante no
solo por su dimensión, sino porque en realidad ésta no es tan recta: las
paredes de vidrio y aluminio cepillado cuenta con unas sutiles curvas que
enfatiza el dinamismo del volumen.
Para evitar sobredimensionar el edificio y
responder a los desniveles del terreno, el proyecto se fragmenta en volúmenes
alargados, estrechos y ligeramente alabeados, enlazados entre sí mediante una
disposición fluida que se adapta perfectamente a la topografía.
Mediante la división en recintos autónomos de
formas similares aunque distintas curvaturas y tamaños —cinco de gran volumen y
cuatro de pequeñas dimensiones— el museo gana en flexibilidad para integrarse
con armonía entre las formas onduladas que conforman el paisaje.
Una de estas salas se conoce como la Grande
Galerie, gracias a sus 125 metros de largo, y donde se exponen la colección
permanente del museo, con obras que prácticamente abarcan la historia del arte
de la humanidad.
La luz del día se filtra en las galerías a
través de paneles acristalados en el techo, pero las hileras de celosías evitan
que entre la luz solar directa. Mientras tanto, las paredes de aluminio crean
reflejos borrosos dentro de las habitaciones.
El cerramiento se define mediante una piel
metálica reflectante que envuelve los espacios generando reflejos
distorsionados del entorno que cambian en armonía con el paisaje, las
estaciones, la luz e incluso la posición del espectador.
Construido por SANAA, el proyecto fue fruto del concurso de ideas convocado en el año 2005 para el diseño de una nueva sede del museo fuera de París, bajo la premisa de descentralizar la institución, incrementar en unos 20,000 metros cuadrados la superficie del museo —aumentando considerablemente los fondos de obra artística que permanecerán expuestos— y ofrecer al público un recorrido transversal por la colección, alejado de las visiones más tradicionales.
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Sobre los terrenos de la antigua mina de carbón de la ciudad de Lens, el museo se sitúa al final de un largo sendero, sobre un amplio espacio vacío abierto de la trama urbana rodeado de árboles y zonas verdes.
Su fachada de vidrio de 360 es impresionante no solo por su dimensión, sino porque en realidad ésta no es tan recta: las paredes de vidrio y aluminio cepillado cuenta con unas sutiles curvas que enfatiza el dinamismo del volumen.
Para evitar sobredimensionar el edificio y responder a los desniveles del terreno, el proyecto se fragmenta en volúmenes alargados, estrechos y ligeramente alabeados, enlazados entre sí mediante una disposición fluida que se adapta perfectamente a la topografía.
Mediante la división en recintos autónomos de formas similares aunque distintas curvaturas y tamaños —cinco de gran volumen y cuatro de pequeñas dimensiones— el museo gana en flexibilidad para integrarse con armonía entre las formas onduladas que conforman el paisaje.
Una de estas salas se conoce como la Grande Galerie, gracias a sus 125 metros de largo, y donde se exponen la colección permanente del museo, con obras que prácticamente abarcan la historia del arte de la humanidad.
La luz del día se filtra en las galerías a través de paneles acristalados en el techo, pero las hileras de celosías evitan que entre la luz solar directa. Mientras tanto, las paredes de aluminio crean reflejos borrosos dentro de las habitaciones.
El cerramiento se define mediante una piel metálica reflectante que envuelve los espacios generando reflejos distorsionados del entorno que cambian en armonía con el paisaje, las estaciones, la luz e incluso la posición del espectador.
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